T-MEC abre oportunidades a la industria automotriz local

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) entró en vigor el día de hoy, con miras a conservar y profundizar los lazos comerciales entre los tres países, proporcionando una garantía necesaria para la economía de Norteamérica, que representa alrededor del 28% del PIB global y 16% del comercio mundial.

La renovación del antiguo TLCAN trajo consigo la incorporación de las mejores disposiciones de su clase en materia de comercio digital, servicios financieros y telecomunicaciones, además de facilitar la integración de las pequeñas y medianas empresas en el comercio internacional, promover la competencia y contribuir a la lucha contra la corrupción, factores que, en general, aumentarán la competitividad de la región.

La industria automotriz, el sector manufacturero más grande de la zona, necesitará de flexibilidad para cumplir con las nuevas regulaciones que implementan dos requisitos estrictos sobre contenido, además de nuevas reglas en cuestión laboral.

En este sentido, uno de los contenidos más importantes del acuerdo es la integración del 70% de acero y aluminio de la zona. En lo laboral, se contempla que entre el 40 y 45% del valor del vehículo sea fabricado por trabajadores con salarios superiores a 16 dólares por hora. Asimismo, un vehículo producido en la región podrá exportarse libre de aranceles entre las naciones firmantes si el valor de contenido regional alcanza el 75%.

La industria automotriz necesitará flexibilidad para poder cumplir con las nuevas regulaciones.

Panorama positivo

Voces autorizadas en la industria automotriz dieron a conocer sus impresiones en torno a este nuevo pacto. Miguel Elizalde, Presidente de ANPACT, considera que estas nuevas reglas requerirán de un mayor esfuerzo para poder cumplirlas. Sin embargo, tener un tratado y regulaciones uniformes es algo que da certidumbre jurídica de que la aplicación de la regla de origen será homogénea.

Además, “el T-MEC implicará aumentar o mantener los niveles del comercio exterior. Más del 70% de las mercancías se mueven a Estados Unidos por autotransporte. Esto genera trabajo para los transportistas y el fortalecimiento de nuestro mercado interno”, menciona Elizalde Lizárraga.

Por su parte, Eduardo Solís, consultor en comercio exterior y miembro del Consejo Directivo de CONCAMIN, admite que es una regla de origen difícil en el corto plazo a causa de la pandemia de COVID-19, pero llama a una mayor integración en América del Norte. “Eso regresará proveeduría de Asia o de Europa del este, o incluso de los propios países de Europa, hacia Norteamérica. Esperemos que México levante la mano y tenga un clima apropiado para traer inversiones”, agrega.

Con el arranque de esta nueva etapa y en el contexto de la pandemia de COVID-19, México puede aprovechar la oportunidad de fabricar productos de manufactura que actualmente se importan de Asia, principalmente en el ramo de autopartes, como lo estima Fernando Ruiz Huarte, Director General del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE).

“En un plazo de tres años, el 75% del contenido de un vehículo deberá provenir de la región de Norteamérica. Esto podría ser favorable, ya que con la crisis de la pandemia hubo problemas con las cadenas de valor y la cadena de suministros, por lo que sería bueno producir estas piezas en nuestra zona”, evalúa. (Rafael Cervantes Flores)

El T-MEC también impactará al autotransporte.

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