COVID-19: ¿El fin a la dependencia del petróleo?

Es bien sabido que la pandemia COVID-19 tendrá un impacto, no sólo en la salud de la población mundial, sino en la economía, lo que traerá consigo un cambio de paradigmas y se tendrán que idear nuevas estrategias para obtener ingresos que alimenten a la administración pública, donde los hidrocarburos dejarán de ser el eje rector de la agenda en materia energética.

Como  parte de Expo Petrolera Virtual, la primera exposición de este tipo en México, se llevó a cabo el panel “El impacto económico del COVID-19  y la guerra del petróleo en México y el mundo”, donde expertos compartieron sus impresiones en torno en torno a la economía global y nacional, así como el futuro de la explotación petrolera.

“Según estimaciones, el PIB nacional caerá hasta el 7 %”, sostuvo Soraya Pérez Munguía, Diputada por el Estado de Tabasco. Por su parte, Régulo Salinas, Presidente de la Comisión de Energía de la CONCAMIN, consideró que el PIB del país puede llegar a caer hasta un 20 % durante el segundo trimestre del año.

Esto se deberá, en gran medida, a que el Estado mexicano no está usando el potencial energético que tiene. Al respecto, Gabriel Farfán Mares, comentó que México es uno de los países que recauda menos y depende, en gran medida, del ingreso petrolero, por lo que se tendrán que recaudar impuestos del resto de la industria y aplicarlos en infraestructura e inversión pública.

“Lo que tenemos ante sí podría ser el fin del ingreso petrolero y la renta petrolera como sostén de las finanzas públicas, lo que implicaría la desaparición del proyecto del actual gobierno de ubicar a PEMEX como cabeza del desarrollo del país”, sostuvo el Presidente de la Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados.

A nivel mundial, la demanda de hidrocarburos se fue a menos en 2019.

Refinación, poco rentable

Y es que 2020 apunta a ser el peor año en la historia de la refinación mundial, aunado a que 2019 fue el primer año donde hubo una baja en la demanda de energéticos (según datos de la Agencia Internacional de Energía), principalmente hidrocarburos, por lo que se estima que para 2045 desaparezca por lo menos la tercera parte de la demanda de gasolina, explicó Erik Sánchez Salas, Director de Negocios de IHS Markit.

“La demanda de petróleo está disminuyendo; se está utilizando para otras cosas, pero en el caso de los petrolíferos, va a la baja. Además, la comercialización de crudo deja mayores márgenes de ganancia a las petroleras y los países que los refinados. Es por ello que petroleras paraestatales como Petrobras están invirtiendo en energías renovables y limpias en todo el mundo”, complementó Sánchez Salas.

Ante este panorama, los expertos consideran que un proyecto de refinación es poco viable en México, esto sin contar los gastos de operación que implica, entre energía (gas natural), procesos y personal, con un retorno de inversión de entre 30 y 35 años, por lo que se deben buscar recursos de retorno rápido, aunque sean menores.

“México requiere una gran cantidad de energía y la diversificación de energía. El gobierno de México no es capaz de satisfacer la demanda y por eso debe abrir el sector”, concluyó Farfán Mares. “El gobierno se llevará el 80 % de la renta petrolera en caso de que entre el sector privado”, complementó Salinas. (Rafael Cervantes Flores)

Para satisfacer la demanda, México debe abrir el sector energético a la inversión privada.

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