El día de hoy, Volvo Buses retomó actividades en su planta de Tultitlán, Estado de México, tras más de dos meses de suspensión de actividades con el fin de evitar la propagación del COVID-19 y salvaguardar la salud de sus mil 300 colaboradores, además del personal de empresas de proveeduría y transportistas de pasaje que visitan las instalaciones.
Para hacer más seguro este retorno, la empresa implementó varias medidas sanitarias a favor del personal que se reintegrará a las actividades, tomando en consideración la salida desde casa, traslado, ingreso a las instalaciones, jornada laboral y la conclusión de la misma en el tiempo programado.
Asimismo, Volvo Buses realizó una importante inversión en equipo de protección personal para cada trabajador, instalación de barreras físicas, procesos de sanitización y limpieza, para minimizar las posibilidades de contagio por COVID-19.
A través de cursos en línea, también se capacitó a la fuente laboral en torno a la nueva manera de trabajar, en la que se deberán adoptar diversas medidas sanitarias, pero manteniendo el contacto entre los colaboradores, a quienes se mantendrá al tanto de la situación.
Las actividades no se detuvieron totalmente en Volvo Buses con la declaratoria de emergencia sanitaria, ya que durante el periodo de suspensión de actividades, la marca sueca lanzó la serie de videoconferencias “Volvo Talks”, a través de las cuales especialistas de la compañía brindaron capacitación en aspectos de conducción, diagnóstico y mantenimiento de autobuses.
A su vez, se instaló una oficina virtual para atender las dudas de los colaboradores del grupo, así como apoyo psicológico otorgado a través del Programa de Asistencia al Empleado y otros recursos para auxiliar a los trabajadores de la firma en temas financieros y de bienestar. (Redacción Autotransporte)
