Ayer inició la temporada más fuerte de lluvias en la Ciudad de México y el Estado de México que mermaron el transporte y colapsaron avenidas desde las primeras horas de la noche, para algunos no terminaba la jornada laboral cuando la lluvia arreció con una precipitación que crecía y elevaba el nivel del agua a más de 40 centímetros por minuto.
En Avenida Reforma los oficinistas atrincherados aún hasta las 10 de la noche en lugares de resguardo como Centros Comerciales, Techos de Bancos y Hoteles de Cinco Estrellas otros apresuraban el volante para salir de una de las avenidas más modernas y ricas de México donde la inundación no perdona.
El Metrobús sobre Insurgentes llevaba la marcha lenta en ambas direcciones hacia las zonas obreras de los límites con el Estado de México, Tacuba, Tacubaya e Indios Verdes, así como hacia la zona obrera de Iztapalapa.
Para el amanecer o pasada la una de la mañana vecinos en distintas colonias vigilaban calles y avenidas del paso peatonal en tareas necesarias pero también de desconfianza.
Para los automovilistas la cosa no fue menor almenos unos diez autos quedaron varados y trasladados por Grúas hacia el Oriente del Estado de México del Municipio de Nezahualcoyótl a Chimalhuacán.
Además del apoyo y cumplimiento de su empleo en las tareas de desasolve para las áreas más afectadas del oriente de la Ciudad de México, para el Aeropuerto de la Ciudad de México la Policía Local y Protección Civil la situación fue complicada antes de las diez de la noche la avenida concentraba acumulación de agua de hasta 2 metros de altura.
La Línea de Metrobús quedo varada a la altura de los estacionamientos del Aeropuerto de la Ciudad de México por más de una hora con niños menores de edad y jóvenes de nivel preparatoria. La situación no fue distinta para el Oriente del Estado de México que para el Norte en Naucalpan.
El Mexibús de la Línea 1 dejó de operar a las 10 de la noche se encendieron semáforos rojos y las unidades de alerta de género las salidas de la Cetram de Pantitlán de las más duras y díficil de salir a marcha rápida y sin pasar por las graves «olas» urbanas de agua de lluvia, el caso más duro es cuando las densas masas que decienden del sistema de trenes opta por las rutas de Avenida Zaragozal, la más conflictiva y obstruida en cualquier tipo de transporte.
Por: Rosalía León García
