El tabaquismo es una enfermedad global. En la industria del autotransporte también ha permeado y es muy común observar a operadores de carga o pasaje “echándose su cigarrito” antes, durante o después de estar al volante. Se trata de un asunto complejo ya que afecta, no sólo la salud física y mental de los conductores, sino sus relaciones sociales.
Aspectos como los imprevistos en el camino, la presión por llegar a tiempo, los problemas personales, pueden generar ansiedad en el conductor. De acuerdo con Eduardo Hernández, Director de la Clínica del Tabaco, una persona en promedio se fuma diariamente entre seis y ocho cigarrillos al día, mientras que el humo ambiental del tabaco es hasta 20 veces más tóxico que el humo de la corriente principal.
“No es que el humo de tabaco moleste, sino que provoca enfermedades serias. La nicotina es el tercer químico más tóxico que existe sobre la faz de la tierra. Su potencia farmacológica es relevante, pocas moléculas de nicotina hacen que cambie la forma de operar del cerebro”, abundó el especialista.
Hernández enfatizó que la “debilidad” para dejar de fumar no es un tema de defectos de carácter o de voluntad, o que los fumadores no sepan que hace daño, sino que estos sienten ansiedad y necesidad del tabaco, lo que los motiva a prender el siguiente cigarro. “El problema es la forma cómo la nicotina modifica la manera en la que el cerebro asigna prioridades de supervivencia”, agregó.
El médico explicó que mientras más jóvenes son las personas y se experimenta con nicotina, más probabilidades hay de que el cerebro se modifique desde el punto de vista físico, lo que provoca una necesidad de consumir nicotina, así como se precisa consumir alimentos.
“La nicotina estimula al hígado para que libere depósitos de grasa y de azúcar al torrente circulatorio. Cuando el paciente no consume tabaco entran síntomas de hipoglucemia y se siente mal: angustia, irritabilidad, estrés, desazón, y esas son las razones por las que el paciente de tabaco sigue consumiendo nicotina”, comentó Hernández.
Finalmente, el experto enfatizó que el tabaco reduce 20 años la expectativa de vida de las personas, un dato que es importante considerar al interior de las empresas de transporte, dado el déficit de operadores en el autotransporte mexicano que alcanza las 50 mil plazas, de acuerdo con cifras de la CANACAR.
“El conocimiento correcto, el compromiso personal de todos y cada uno de nosotros con nuestra propia salud, es la forma correcta de detener la enfermedad del tabaquismo y lograr un México mejor, más sano, que eso es lo que todos merecemos”, remató. (Rafael Cervantes Flores)
