Operar la flota de una empresa con la precisión de un reloj no es un proceso que se lleve a cabo de forma instantánea. Requiere de la astucia de un administrador experimentado, que ayude a las compañías a encargarse totalmente de su negocio y dejar este aspecto en manos de los especialistas.
Para lograrlo es importante determinar cuáles son los indicadores clave de rendimiento o KPIs, ya que en función de esto se podrá tener un seguimiento más puntual, pues no sólo permite controlar y reducir costos, sino también incrementar la eficiencia, mejorar la productividad y operar de forma segura.
En su más reciente white paper, titulado “Cuánto le cuestan los riesgos a su flota?”, Element Fleet destaca que el tráfico es una cifra que vale la pena considerar a la hora de tratar de reducir el gasto en la operación de la flota, pues aunque no se puede controlar, sí es posible tomar acciones para reducir los efectos en la misma, por ejemplo, conociendo el ralentí, que es el tiempo que pasa un vehículo encendido sin movimiento.
Este problema se liga típicamente al tránsito vehicular y al tiempo en congestionamientos viales; sin embargo, también se presenta en otras situaciones de operación como en rutas de reparto o entregas, en las que se observa que algunas unidades se mantienen encendidas casi todo el tiempo de reparto, que no siempre es la mejor alternativa de operación.
Si se monetiza este impacto, podrían ahorrarse alrededor de 2.4 litros de combustible por cada hora que una unidad se encuentra en ralentí; tomando en cuenta que en 2020 cada vehículo circulando en la Ciudad de México perdió en ralentí unas 124 horas, el gasto en combustible sin utilizar fue de más de 5 mil pesos.
Cuando se trata de optimizar la flota, todos los aspectos son importantes; sin embargo, hay varios aspectos que resultan clave para lograrlo, entre ellos:
Edad de la flota: aun con los mantenimientos preventivos, los vehículos con mucho uso presentan un gran desgaste. Por ello es importante considerar la antigüedad de las unidades y el momento más oportuno para dar paso a su renovación, pues hacerlo permitirá comparar y potenciar el rendimiento.
Cantidad de mantenimientos: Datos de este mismo documento destacan queno seguir un plan de mantenimiento preventivo riguroso puede provocar servicios correctivos hasta 70% más caros. Las revisiones constantes son un indicador de que ha llegado la hora de modernizar las unidades, sobre todo si éstas son individuales, debido a que generan altos costos que ponen en riesgo la rentabilidad, lo cual evidentemente disminuye los márgenes de utilidad. Es importante considerar que el mantenimiento preventivo ayuda a reducir este gasto, aunque cuando el desgaste de piezas ocurre de forma constante se puede atribuir a vicios en la conducción, piezas de baja calidad o circular por vialidades en mal estado. Por ello es importante definir estrategias para mitigar esta problemática.
Comportamientos de manejo de los conductores: la forma de manejo puede incidir en la cantidad y frecuencia de mantenimientos o accidentes. Esto ayuda a evaluar el desempeño, pues los conductores sin experiencia o vicios en la conducción pueden acelerar el desgaste de las piezas e incrementar el consumo de combustible. De acuerdo con la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), las distracciones al momento de conducir, como el uso del celular, representan alrededor de 40% de las razones por las cuales ocurre un accidente vial.
Costo promedio por mantenimiento: tener conocimiento de este gasto permite visualizar su impacto en los ingresos de las compañías. El objetivo es analizar de dónde vienen los gastos y buscar maneras de reducirlos. Esto resulta útil para buscar alianzas con proveedores y precios más competitivos.
Tasa de no disponibilidad: esto ayuda a identificar cuántos vehículos se encuentran inmóviles, pues su inactividad representa pérdidas para la compañía. Esto puede estar relacionado con la baja calidad del servicio de mantenimiento, uso de piezas y componentes de baja calidad, antigüedad de la unidad y estilo de conducción.
Kilometraje: es un indicador fundamental del mantenimiento de la flota, ya que con ello se puede identificar el momento idóneo para cambiar piezas, lubricante, neumáticos y otros componentes para garantizar la seguridad de los conductores y las unidades, aunque también influye la velocidad de manejo.
Tiempo de respuesta: es un aspecto ampliamente valorado por los clientes, en especial en momentos de crisis, y en el que las empresas siempre tendrán oportunidades de mejora. Brindar atención de forma inmediata, al agilizar los tiempos de respuesta y abordar las inquietudes de los clientes desde la primera llamada redundará en mejores calificaciones por parte de los clientes.
Agilidad: la velocidad media puede ayudar a medir el rendimiento y la eficiencia del conductor, pues permite completar los viajes lo más rápido posible, siempre que no se violen las leyes ni se comprometa la seguridad. Saber cuánto dura un viaje típico puede ayudar a optimizar los horarios de los conductores.
Cantidades exactas (Rightsizing): tener pocos vehículos disponibles perjudica la eficiencia operativa, mientras que si son demasiados se perjudica la rentabilidad. Por ello la planificación y las métricas resultan de gran valor.
Indicador de colisión: permite llevar un histórico de todos los choques, según la gravedad y frecuencia, para identificar patrones. También es importante considerar las aptitudes y estado físico del conductor.
Conducción: monitorear el comportamiento del conductor da la posibilidad de identificar problemas antes de que pasen accidentes por exceso de velocidad, conducción imprudente, cambios de carril incorrectos y aceleración repentina, ya que son una amenaza para la seguridad y desgastan más las unidades.
Combustible: los altos costos de combustible agotan el presupuesto, por lo cual es importante llevar un control de estos costos. Eliminar el peso extra y optimizar las rutas son algunas de las formas en las que se puede mejorar la eficiencia del combustible.
Gastos y costos: es importante no olvidar el desembolso para seguros en el costo total de la propiedad. Puede que no parezca un área donde hay mucho margen de mejora, pero podría ser un foco rojo si se incrementa este gasto de forma significativa. La gestión de inventarios es un acto de equilibrio. Asegurarse de tener suficientes piezas a la mano es crucial para hacer las reparaciones necesarias sin esperar días para un reemplazo.
Es importante considerar que la telemetría es un aliado efectivo para las empresas, ya que permite un seguimiento más puntual de diversas actividades y aspectos críticos, además de un registro digital de cada tarea. (Redacción Autotransporte)