Responsabilidad, la constante en la vida de don Alfonso González García

Es uno de los hombres más longevos y, por ende, con más historias dentro de la industria, fundador de una de las empresas de transporte de refrigerados más importantes del país: González Trucking, que hoy goza de más de 40 años de experiencia en el segmento.

A sus 80 años, don Alfonso González García tiene mucho que contar. Desde sus recuerdos de Aguascalientes cuando empezaba en el negocio del transporte, cómo adquirió su primer camión, cómo conoció a la que fue su esposa o los sueños de su padre.

Sus pininos en el transporte

Don Alfonso fue el mayor de 23 hermanos. Desde pequeño vio la forma de ganar dinero para apoyar a su familia. En 1955 se subió por primera vez a conducir un camión, un Ford propiedad de su padre, al igual que el ganado que transportaba. Pero sería hasta el año de 1957 cuando pudo adquirir un camión “fiado”; se trataba de un Chevrolet modelo 1926.

“Me fui a México, estuve en Ferrería, en Tlalnepantla, matando ganado y vendiendo la carne. A mi papá le mandaba lo que ganaba y él me mandaba ganado”, recuerda.

Para 1961 compraría un Dodge; contrató otro conductor, comenzó a hacer fletes y ganar dinero. Eran camiones rabones y él los convirtió en tipo Torton. Así anduvo alrededor de siete años, hasta que pudo comprar otros y buscar más conductores. Iba para todos lados, desde Ciudad Juárez hasta Mérida, de Tijuana al sureste. Posteriormente ganaría un contrato con Fertimex, el cual duró 28 años.

Don Alfonso con sus hijos y directivos de Kenworth Mexicana.

“Un saco de fertilizante jamás me faltó porque eso es lo que cuenta, la honradez, la seriedad y la puntualidad. El hombre tiene que ser responsable para tener esas tres cualidades”, considera el transportista y advierte que a sus seis hijos les inculcó lo mismo.

Con el paso del tiempo llegó a adquirir ocho unidades. Comenzó en sociedad con su padre, a quien siempre motivó a ponerle ganas para hacer más grande el negocio, porque admite que siempre le ha gustado ser arrojado. Entonces vendió los camiones y le compró un rancho a su progenitor, haciendo realidad su sueño.

La familia, lo más importante

Así, las anécdotas transcurren hasta que llega a la memoria el recuerdo de quien fuera su esposa, Adriana Salce Zermeño. La conoció en su propia casa, en Aguascalientes, un día en que fue a buscar al que posteriormente sería su cuñado, Juan, para darle un viaje de flete de ganado hacia México.

Tenían seis años de conocerse hasta que ella le preguntó un día: “¿Qué tú no te piensas casar?”. Don Alfonso respondió: “Pues sí, pero déjame hacer un centavo para darte una mejor vida de la que estás acostumbrada”. Así, concretaron 54 años de matrimonio.

“Para mí es un orgullo tener una familia muy unida y reconozco que mi señora, que en paz descanse, tuvo el carácter para saber llevarla, porque uno se dedica a trabajar y ella a la familia. Son satisfacciones que cuentan mucho y hay que saber valorar tanto a la familia como a la mujer”, sentencia.

La familia siempre fue uno de sus principales pilares.

González Trucking, referente en la industria

En torno a González Trucking, don Alfonso resalta que cuentan con prestigio internacional y reconocimientos a su trabajo en los Estados Unidos y Europa gracias a su calidad. Con una flotilla de tractocamiones moderna mueve la producción de aguacate de Uruapan al resto de la República Mexicana y la Unión Americana.

Asimismo, rememoró que, por alrededor de 10 años, trabajó con Nissan en el traslado del 85% de la producción de armadora japonesa en Aguascalientes a distintos puntos del país y los Estados Unidos.

“De un camión hay que dar buen servicio, ser honrado, enseñar al operador a que tenga honradez. Hay muchas facetas, es un trabajo de mucho sacrificio, no cualquiera subsiste y aguanta tantos años”, reconoce.

Los valores que han forjado su vida los hace extensos al transporte: responsabilidad, seriedad en los tiempos de entrega y honestidad pueden catapultar a la industria del autotransporte, aun frente a factores como el alza en el precio de los combustibles o las unidades. “Si somos conscientes de que el transporte es una necesidad primordial y nos responsabilizamos de cada uno de nosotros, México puede ser más grande”, remata. (Entrevista: Lourdes García; Redacción: Rafael Cervantes)

Este texto se publicó originalmente en la edición 313 de Autotransporte 2000, correspondiente a noviembre-diciembre de 2018.

Don Alfonso González es ya una leyenda del autotransporte mexicano.

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